«SI QUIERES INVITARME A UNA COPA TENDRÁS QUE CURRÁRTELO»
Esa fue la respuesta de mi abuela cuando mi abuelo le pidió tomar algo la primera vez.
Después de eso, la persiguió durante meses por las calles de Sevilla antes de que ella se dignara ni a mirarlo.
Pero oye, después de todo, consiguió tomarse la copa con ella y estar cerca de 60 años a su lado (que se dice pronto).
Eran otros tiempos, ya.
Pero la esencia sigue siendo la misma en la vida y en las ventas.
Y ojocuidao que no estoy diciendo que tengas que perseguir a nadie por la calle, no te quedes en la superficie.
Lo que quiero decir es que para conquistar de verdad, hay que estar presente en la mente de las personas.
Pero no solo para contarles quién eres o qué precioso es tu servicio o producto (que también).
Si no para que te conozcan DE VERDAD.
Pasando por tus valores como persona, tus opiniones, tus inseguridades y tus fortalezas.
Si todo esto te da pereza o te parece una gilipollez, no sigas leyendo. Esto no es para ti.
Esto es para personas que quieren conquistar a sus potenciales clientes para que se conviertan en matrimonios de 60 años o más.
Que a una canita al aire estamos todos dispuestos, pero eso no te hace sentir pleno ni motivado.
CONQUISTA EN TU TERRENO: EL EMAIL.
Y no me digas lo de: «ay no, es que ya nadie lee»
En realidad lo que quieres decir es: «me da un perezón horrible comprometerme a escribir todos los días un email»
Pero te pegas horas buscando ideas de contenido para tus redes sociales y haces más rico al señor Zuckerberg…
Si haces las cosas bien y el contenido interesa, la gente mirará su bandeja de entrada para buscarte.
La gente lee, claro que lee.
Nadie lee «yoismos»
Nadie lee «tecnicismos infumables»
Nadie lee todo lo que huela a «publicidad barata»
Eso sí, te lo compro todo.
Pero si mandas emails divertidos, espontáneos, llenos de historias que empatizan con las necesidades de esas personas, que remueven emociones de alguna u otra forma, y además, dejas claro que vendes un servicio, te leerán y, en algún momento, te comprarán.
Y cuando eso pase, no solo habrás ganado un cliente, sino una persona que venderá tu servicio allá donde vaya.
Y lo hará desde el amor.
Porque es una relación que se ha ido forjando a fuego lento desde la conexión de un día a día.
¿No te lo crees?
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Lucía Gomar | 678 338 497 | hola@laredicha.es